En
el bar de abajo de mi casa "Los tres amigos", hacían bien los
boquerones en vinagre, a precios populares se servían tapas variadas,
montaditos de lomo y menus del dia con vino y Casera.
A Ramón, (el
propietario) le costaba reponerse de la muerte de su mujer "la Fina" y
un dia, triste y cansado echó la verja para no volver a abrir jamás.
Pasados unos dias alguien fue al bar y pegó un cartel en la puerta donde se podía leer.. "SE TRASPASA" con un telefono escrito a mano.
Por motivos que no vienen al caso estuve fuera del barrio un tiempo y
cuando volví "Los tres amigos" se encontraba nuevamente abierto. Todo
seguía igual y en su sitio, pero con una pequeña diferencia, ahora estaba
regentado por un matrimonio oriental de mediana edad.
Parte por respeto a
Ramón parte por desconfianza en el barrio nadie quería ir a " los tres
amigos" ni tan siquiera a comprar tabaco. Hasta el dia que apareció
Xiaoyan, la hija mediana de los nuevos dueños paseando solemnne su insultante y
enigmática belleza oriental por el barrio, piel de porcelana, bien
torneada, rasgados ojos misteriosos y labios como pétalos de rosa. De ella (
como el resto del barrio) quedé fulminantemente enamorado.
El bar "Los
tres amigos" ahora siempre está lleno, yo (como otros) voy cada dia, y
sin moverme de mi taburete atrincherado tras el mostrador de las tapas me
quedo embobado viéndola pasar de un extremo a otro de la barra mientras no dejo de pedir raciones de tortilla de patata como pretexto para
poder estar junto a ella. Y así paso el día, fantaseando con el
rostro hermoso y sereno de Xiaoyan... sólo espero que un dia aprenda a
hacer bien la tortilla española, pues cuando llego a casa tengo que
devolver tres o cuatro veces.
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